Este edificio es el Convento de las Jerónimas del Corpus Christi, aquí dentro hay una leyenda que os va a dejar tiesos. El convento fue fundado por la Condesa de Castellar, en la época de Felipe IV, y aquí dentro se venera una imagen de la Inmaculada que parece ser que apareció en una carbonera.En el brainstorming de cómo querían llamarse estas monjas, una dijo “las castellanas” y otra propuso que se llamaran “las carboneras”, precisamente por ese cuadro. Cuenta la leyenda, que cuando la fundadora murió, venía todas las noches para rezar el Rosario con sus compañeras.A día de hoy, parece que la monja ya no ha venido por aquí, pero a cambio, existe un misterio que aún no hemos descubierto, y es el secreto que tienen las monjas para hacer dulces, porque les salen riquísimos siempre.